Es la denominada 'Operación trampa'. Miles de personajes relevantes de España en 2005 fueron espiados por el excomisario Juan Manuel Villarejo, bajo órdenes del BBVA.

Francisco González, presidente del BBVA, fue quien contrató a Villarejo para intentar impedir que Sacyr controlase el banco.

Hay cuatro tipos de categorías de espiados: políticos como Miguel Sebastián y Rodrigo Rato; empresarios como Luis del Rivero (Sacyr) y Juan Abelló; altos cargos de la administración, como Carlos Arenillas (CNMV).

Además de estas personas que estaban en la lucha por el control del banco, se le suman otras personalidades y periodistas de la Cadena SER, la agencia EFE o los diarios El País y 5 días.

Un total de 15.000 llamadas rastradas y estudiadas por un grupo de 9 equipos personas especializadas. En este gran despliegue, también hubo a disposición de Villarejo 12 coches, tres vehículos base de comunicaciones, cinco motos y 20 dispositivos de captación.

El contrato inicial firmado con el BBVA era de 800.000 euros, de los que se habrían cobrado finalmente 500.000.