La clave está en devolver a los ríos su cauce natural, pero ¿cómo? En el momento en el que se estrecha el cauce de los ríos, se provoca que, en caso de lluvias torrenciales, el agua no encuentre rivera en la que desahogarse.

Son las llamadas 'llanuras de inundación', en las que se extiende el agua que sobresale del río cuando se producen grandes lluvias, pero se trata de zonas naturales, por lo que, cuando la riada llega a la población ya ha descargado el agua y no se produce una catástrofe en la ciudad.

El proceso de construcción que se lleva a cabo se llama 'naturizar': consiste en desestructurar la estructura natural del río, de forma seprenteante que produce que cuando llueve mucho se expanda a lo ancho. Ahora se canaliza con hormigón, cemento, y materiales impermeables que provocan la canalización del río en línea recta.

"No sigue los criterios de la naturaleza", asegura Miguel Aguado. Por eso, en ese proceso, si el río crece vuelve a expansionarse y a ocupar el terreno urbano.