En los últimos meses, la derecha ha hecho del tema de Cataluña el eje de su discurso. Tras las elecciones en Andalucía, esta tendencia se ha acentuado aún más.

La última vez que algún miembro de Cs o PP intentó diferenciarse de sus contrincantes haciendo un ejercicio de moderación fue el 30 de agosto de 2018, durante la polémica retirada de lazos amarillos de Albert Rivera y Arrimadas. "El Partido Popular no va a ir a la calle a generar más crispación", declaró entonces el presidente del Partido Popular, Pablo Casado.

Los partidos de derecha han endurecido sus discursos sobre Cataluña estos últimos días. Ahora, han decidido combatir en quién tiene más mano dura. "Aprobaré el artículo 155 en el primer Consejo de Ministros, sin esperar a consejos o diálogos, para recuperar la concordia en Cataluña", ha afirmado Pablo Casado. El presidente del PP ha instado también en ilegalizar los CDR, a los que ha tildado de "kale borroca" en Cataluña.

El top en la escalada es de Santiago Abascal, el líder de Vox. "Pedimos que Torra sea detenido y que se le aplique la prisión preventiva", ha declarado Abascal. Dentro del endurecimiento del discurso sobre Cataluña hay una nueva temática; que el Gobierno de Pedro Sánchez no es Constitucionalista, y fue Albert Rivera el primero en afirmarlo. "El sanchismo es una deriva que reniega del constitucionalismo", afirmó el líder de Ciudadanos.

"Al PSOE actual, de Pedro Sánchez, no se le puede calificar con una fuerza constitucional", ha afirmado el expresidente del PP, José María Aznar. En esta línea, el top de dibujar a Sánchez como alguien fuera de lo constitucional ha sido Pablo Casado, que le lanzó la siguiente pregunta: "¿Usted no se da cuenta de que es participe y responsable de un golpe de Estado que se está perpetrando ahora mismo en España?".

Incluso varones socialistas han endurecido su discurso, abriendo el debate de ilegalizar partidos independentistas. "Cuando alguien proclama que su objetivo es la desestabilización debe tener contestación jurídica", ha afirmado el presidente de Castilla la Mancha, Emilio García-Page.