La asociación Movimiento contra la Intolerancia ha presentado una denuncia por delito de odio ante la Fiscalía por los cánticos machistas que profirieron los residentes del Colegio Mayor Elías Ahuja contra las estudiantes del colegio mayor situado enfrente. Por ello, la Fiscalía ha incoado diligencias pidiendo un primer informe y tendrán que interrogar a los implicados. ¿Tiene recorrido esta denuncia? ¿Pueden ser los gritos de "putas" y "ninfómanas" constitutivos de un delito de odio?

Para analizarlo, Más Vale Tarde ha contado con la perspectiva de Beatriz de Vicente, abogada y criminóloga. Para empezar, hay que destacar que se considera que alguien incurre en un delito de odio cuando lesiona la dignidad de las personas mediante acciones que entrañen humillación, menosprecio o descredito, en este caso por razón de sexo.

Además, tiene que existir un riesgo real de que esas manifestaciones inciten a actuar violentamente contra el grupo discriminado, en este caso contra las estudiantes insultadas. En este contexto, la experta señala que "no estamos ante una incitación pública contra la agresión a las mujeres".

Y aunque destaca que "podría ser un delito de injurias, si las receptoras se sienten insultado; de coacción, si las receptoras se sienten coaccionadas; o un delito contra la integridad moral, las chicas afectadas tendrían que presentar una denuncia" para que fuesen juzgados. Hasta ahora, las chicas que han hablado han apoyado a sus compañeros, justificando que se trata de una tradición y una broma.