Repaso por la Historia

Rivero revive los últimos días de Franco y cuenta cómo Arias Navarro se la quiso jugar a Juan Carlos I: "Le dimitió"

El periodista José María Rivero recorre los lugares clave de los últimos días de Franco y señala momentos decisivos, como su último acto oficial y la fecha a la que debía llegar vivo para poder renovar cargos institucionales. En el vídeo, todos los detalles.

José María Rivero

El periodista de laSexta Clave, José María Rivero, está recorriendo los lugares clave de los últimos días del dictador, Francisco Franco, aquellos donde, como él dice, pasó algo. Uno de ellos fue el Instituto de Cultura Hispánica, hoy llamado la Agencia de Cooperación para el Desarrollo, situado en pleno distrito de Moncla, en Madrid.

Allí, el 12 de octubre de 1975, fue el último acto oficial de Franco, donde acudió con "un gran admirador", tal como bromea Iñaki López, Juan Carlos I: "El dictador fue al acto, aunque no tendría que haber ido, porque lo organizaba el marido de su nieta Carmen", explica Rivero.

Ese día fue clave para el fin de Franco, porque ese 12 de octubre, cuando llegó a casa, comenzó a sentirse "indispuesto": "Lo que cuentan las crónicas de la época, es que él en un momento determinado intenta levantarse y no puede y es ahí donde se decide que no van a haber vídeos, de ese día, en el NODO, sino que solo habría fotos", expone.

Y es entonces cuando comienza su encarnizamiento terapéutico en el que los médicos, de alguna manera, intentaron alargar su vida. "Los que estaban cerca de él, cuando que en los momentos de cierta lucidez y serenidad, él repetía que 'qué duro es morir decente'", señala Rivera, apuntando una fecha clave en el calendario a la que Franco debería llegar sí o sí, vivo: el 26 de noviembre.

Ese día, cuenta el periodista, "había que renovar cargos institucionales: había que renovar al presidente del Consejo del Reino. Y si Franco vivía, la renovación era automática y sería de nuevo, un franquista, pero si moría, Juan Carlos I tenía las manos libres para nombrar a quién quisiera, y acabó nombrando al reformista Torcuato Fernández Miranda que posibilitó cierta apertura".

Ahora bien, la historia no fue tan fácil como parece: hubo movimientos para que el que venía, tuviera claro dónde estaba, y ahí es, precisamente, explica Rivera, donde se la jugaron al ahora rey emérito.

"Juan Carlos es nombrado jefe de Estado interino porque Franco ya no podía, y nada más ser nombrado, Arias Navarro, el presidente nombrado por el dictador, le dimite y se busca una excusa de ello", pero, tal como aclara Rivero, "es una dimisión que nunca se hizo pública, porque realmente no quería dimitirle pero sí asustarle".

Esto es que "Juan Carlos se viera que no podía estar sin un presidente de Gobierno franquista para que así él estuviera cogido", matiza Rivero, concluyendo que Arias Navarro llegó incluso a reconocerlo en una cena.