Carolina pasa prácticamente ocho horas al día pedaleando para repartir pedidos y buena parte de su jornada laboral transcurre en las horas centrales del día bajo un sol de justicia y temperaturas, en plenaola de calor, superiores a 40 grados.

"Estas últimas semanas han sido terribles por lo mal que hemos estado trabajando, las temperaturas eran altísimas. No tenemos descanso, no tenemos cinco minutos para ponernos bajo sombra, para hidratarnos, todo lo hacemos sobre la marcha", denuncia en Más Vale Tarde.

La repartidora asegura que llega a casa "con dolores de cabeza terribles" y que en reiteradas ocasiones se ha mareado pedaleando al tiempo que ha tenido escalofríos: "Es demasiado pesado".

La jornada laboral de Carolina comienza a las 12 del mediodía hasta las 16 horas. Después descansa y vuelve a trabajar desde las 20 hasta las 00 horas.

A su horario, hay que sumar sus condiciones laborales: "No podemos retrasarnos -si lo hacemos, somos sancionados-, no tenemos descanso y hay que tener en cuenta el peso que llevamos en la mochila, son cuatro horas seguidas de ejercicio físico con peso, además del estrés normal que significa estar repartiendo comida".

Al respecto, la abogada Beatriz de Vicente apunta que "Prevención de Riesgos Laborales debe elaborar protocolos que diferencien si está repartiendo con 40 grados, con nieve, con la calzada congelada... Cualquier empresario debe garantizar que las condiciones de trabajo mantengan la salubridad del trabajador".

En este sentido, Beatriz de Vicente añade que "si en estas circunstancias, le diera un infarto, o tuviera un problema, Inspección de Trabajo podría establecer un nexo entre las condiciones laborales y lo que a esta señora le ha pasado".