Los horarios de las comidas que hacemos a lo largo del día son muy importantes. Tanto es así que, como nos explica Pablo Ojeda, son tan importantes como lo que comemos en sí. "Las células se alimentan del sol", asegura el nutricionista, que deja claro que el desayuno tiene que ser a las 8:00 horas.
Si hacemos deporte después, no es necesario desayunar siempre y cuanto hayamos "hecho una carga" en la cena anterior para hacer deporte. Luego está la media mañana -o el segundo desayuno, que diría aquel-, que tendría que ser entre las 11:00 o 12:00 horas "como tarde".
Esto es importante porque en función del alimento que consumamos se comporta de una manera diferente en nuestro estómago. Si comemos a las 15:00 en lugar de las 14:00 un plato contundente como hidratos de carbono, el pico glucémico será "un poquito mayor" que si comemos antes.
"No estoy diciendo que sea malo, estoy diciendo que se comporta diferente", aclara. Si el desayuno es a las 8:00 y la comida sobre las 13:30 o 14:00 horas, la merienda tendrá que ser máximo a las 18:30 horas, ya que no nos daría tiempo a cenar sobre las 20:30 horas, que es la hora ideal para la última comida del día.
"Hay estudios que dicen que si comes a la hora que debes pueden ser hasta dos o tres kilos de diferencia", asegura. Para concluir, es muy importante saber que hay que cenar "dos o tres horas antes de dormir" para favorecer la digestión.
Curiosidades culinarias
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El nutricionista indica que este tipo de cocción era utilizado para hacer sus "juegos químicos" pero se extendió hasta el ámbito culinario, algo que ha conseguido llegar hasta nuestros días.