Son muchas las incógnitas que rodean a la desaparición de una mujer de nacionalidad colombiana y norteamericana en el mes de febrero en Madrid. Semanas después de saltar las alarmas y aunque la familia ya descartaba que se tratase de una desaparición voluntaria, las investigaciones acorralan al que fuera la pareja de Ana María.

Fueron los últimos y sospechosos mensajes que envió la desaparecida, así como las pintadas realizadas sobre dos cámaras de seguridad del edificio en el que vivía desde hacía poco tiempo, los que llevaron a barajar la idea de que la mujer no se había ido por su propio pie. En su momento, se mencionó el reciente proceso de divorcio que había vivido, sin embargo, es ahora cuando todo apunta al que fuera su pareja y del que todavía no ha logrado separarse.

Por un lado, se sabe que el hombre de nacionalidad serbia y norteamericana se ha negado a realizar la prueba del polígrafo que le solicitaba el FBI -que investiga desde el inicio del caso con la Policía Nacional- sin conocerse las razones. Además, según ha podido confirmar laSexta este individuo habría contratado a un prestigioso abogado penalista.

Por otro, y como última novedad, el caso ya ha pasado a ser instruido por el Juzgado número 9 de Violencia de Género. Este escenario indica que las pruebas cada vez acorralan más al ex de Ana María que había llegado a Madrid hacía poco tiempo con el fin de dar un giro total a su vida.

En definitiva, las circunstancias de esta desaparición sorprenden mucho a los investigadores por la forma de proceder, puesto que, el edificio en el que habitaba la desaparecida está en pleno centro de Madrid donde el tránsito de personas es continuo.

Mensajes sospechosos

Otra de las circunstancias que llevaron a los investigadores a considerar la desaparición como forzada fueron los últimos mensajes que envió la mujer en el que indicaba que se iba a pasar el fin de semana con un amigo que acababa de conocer. Este mensaje llegó a dos amigas de la víctimas, a una le llegó en español, a la otra en inglés. No obstante, lo que más sorprende fueron las horas en las que fueron enviados.

Pero la familia da más pistas: Ana María no utilizaba ciertas palabras que aparecen en estos mensajes, ni tampoco era habitual que puntuara de esa forma los mensajes que mandaba por la mencionada aplicación de mensajería instantánea.