El 2 de octubre llega al buzón de 'Más Vale Tarde' una denuncia: un chalet en el que se abre la puerta y hay un enorme socavón, así 11 meses. Un equipo de 'Más Vale Tarde' lo ha comprobado de primera mano y pide explicaciones al Ayuntamiento de Torrejón de Velasco. Después, un grupo de operarios municipales se presenta en el lugar dispuesto a intervenir para tapar, aunque sea parcialmente, la enorme cueva sobre la que se agrieta la casa de Francisco.
Francisco se ha atrincherado porque entiende que quieren eliminar pruebas sobre cómo se permitió construir su casa debajo de semejante oquedad. Tiene papeles que ilustran toda su batalla mientras la pelota va de un tejado a otro. Quiere saber si el Consistorio permitió construir su casa sobre una galería y si hubo informes geológicos. Lleva once meses reclamando el informe técnico que detalle cuándo y por qué se generó la cueva sobre la que, poco a poco, se agrieta su casa.
En noviembre del año pasado la compañía de aguas municipales acude a reparar una fuga en una simple tubería de aguas fecales. Durante la reparación el suelo se hundió. Los Bomberos detallan en el primer informe: "Al no ser posible la visualización en toda su amplitud del socavón generado y detectar grietas en el suelo de la planta superior, se indicó tanto al propietario como al Teniente de Alcalde de la localidad y a la Policía local, la imposibilidad de habitar la vivenda".
Para conseguir ver toda la amplitud del socavón hace falta hacer casi un trabajo de espeleología. Es lo que ha hecho 'Más Vale Tarde' y es la primera vez que Francisco ve con luz lo que hay debajo de su casa.
Él no se puede creer que, tal y como le ha dicho el Ayuntamiento, basándose en un informe que no ha visto, la causa de esto sea la fuga de la bajante de un vecino. Una versión que exculparía al Ayuntamiento, a la constructora, porque la casa tiene casi dos décadas, ya la compañía que mantiene el alcantarillado, el Canal de Isabel II.
La mujer de Francisco, María Teresa García, prefiere no saber lo que tiene bajo los pies, según delcara, duermen "con un ojo abierto y otro cerrado, pensamos que nuestra casa se puede caer".
Las grietas están por todas las partes de la casa, así lo demuestra un informe pericial que Francisco tiene. Las grietas son cada vez más peligrosas y sólo la reparación estructural de la vivienda ya costaría más de 22.000 euros. Mientras su aseguradora espera que la Justicia determine a un esquivo responsable, la casa y la moral de esta familia se hunde poco a poco.
SU DOMICILIO SE ENCUENTRA LLENO DE GRIETAS