El yate 'Fortuna', que perteneció al rey emérito Juan Carlos I, no encuentra comprador. Y eso que el precio de venta del buque, que originalmente costó 21 millones de euros, se ha bajado en varias ocasiones, hasta los 2,2 millones. Repasamos las características de este emblema de las vacaciones reales en Mallorca que, hoy, nadie quiere comprar.

Lo cierto es que el que está ahora en venta no fue el primer 'Fortuna', sino que ha habido varios yates con este nombre propiedad del emérito. Pero, ¿por qué 'Fortuna'? Cuando el ex jefe del Estado aún era príncipe participó en los Juegos Olímpicos de Múnich de 1972, en un velero de este nombre con el que consiguió el puesto 15º. A partir de entonces, todos su yates se llamaron así.

El primero lo estrenó en 1976, apenas iniciado su reinado. Tenía 20 metros de eslora y lo vendió al marqués de Mondéjar solo tres años después. En 1979, el rey Fahd de Arabia Saudí le regaló el segundo 'Fortuna', este de 30 metros de eslora. Fue a bordo de ese barco donde estuvieron el príncipe Carlos y Diana de Gales.

El tercer y último yate 'Fortuna' tenía 41 metros de eslora y es del año 2000. Fue fabricado en Cádiz con un coste de 21 millones de euros, que pagaron un grupo de empresarios mallorquines que querían que la Familia Real siguiera veraneando en Palma, pero también el Gobierno de Baleares.

En 2013, en plena crisis económica y tras las polémicas de la cacería de Botsuana y el caso Urdangarin, Juan Carlos I renunció a este barco y lo devolvió a Patrimonio Nacional. Lo compró entonces la familia Matutes, dueña de la naviera Baleària, que lo puso en venta posteriormente por ocho millones de euros. Después, su precio bajó hasta casi cuatro millones y, finalmente, a 2,2. Sin embargo, no se ha logrado venderlo.

¿Cómo es por dentro el 'Fortuna'? El yate tiene 41 metros de eslora, una suite presidencial y tres camarotes dobles. En su día se presentó como el yate más rápido del mundo, con tres motores turbina Rolls Royce, y capacidad de ir hasta a 130 kilómetros por hora. Mantenerlo, sin embargo, no es precisamente barato: su depósito tiene una capacidad de 45.000 litros de combustible y llenarlo cuesta 25.000 euros. Además, su mantenimiento tiene un coste anual de unos dos millones de euros.

Actualmente, como no se vende, existe la posibilidad de que el 'Fortuna', por cuya cubierta han paseado miembros de la realiza y políticos como José María Aznar o el expresidente estadounidense Bill Clinton, acabe desguazado y vendido por piezas.