Frío, calculador, sanguinario, esperpéntico pero muy inteligente... así es Jaime Giménez Arbe. Durante 14 años robó mas de 30 entidades bancarias y asesinó a dos personas. En julio de 2007 la policía logró deternerle en Portugal. Juró y perjuró que él no asesinó a los dos guardias civiles en Navarra en junio de 2004.

Le echó la culpa a un mafioso e incluso se mostró altivo con el juez. 'El Solitario' disparó con ánimo de no ser apresado o identificado, porque en ese momento no iba disfrazado. Los dos agentes pararon su vehículo en una carretera y 'el Solitario' sin mediar palabra disparó 21 proyectiles con un subfusil.

Tenía formación militar y era experto en armas. La policía encontró todo un arsenal en su domicilio. Planeaba minuciosamente cada atraco, dibujaba el itinerario y hacía un plano de la sucursal en un cuardero. Solía actuar los jueves y los viernes porque es cuando los bancos suelen tener más dinero en efectivo. Comía siempre lo mismo el día antes del robo: fabada asturiana de bote y picos de pan. Sus presas favoritas: las cajas de pueblos pequeños, y su fantasía creerse Curro Jiménez.

No tenía rutinas ni motivos para moverse de un lado a otro. Robaba cuando necesitaba dinero y eso le hacía muy escurridizo para la policía. No dejaba huellas porque tapaba sus dedos con celo. Su último atraco fué en una sucursal de Toro, Zamora, y en el que hirió de un disparo a un empleado del banco.

Su informe psicológico determinó que no tenía ningún trastorno y que siempre era consciente de lo que hacía. Jaime es piloto de helicopteros y patrón de barco. Vivía en la localidad madrileña de las Rozas con su mujer y sus dos hijos. Sus vecinos aseguran que es agresivo y problemático.