laSexta graba en exclusiva a los pescadores furtivos que esquilman el mar en Galicia. En sólo una hora de pesca ilegal pueden ganar entre 800 y 1.000 euros.

La periodista de Más Vale Tarde María Lamela habla con dos de ellos tras comprobar como obtienen el marisco ilegal. Tienen asumido que su actividad es ilegal y saben que les tienen controlados. "La Guardia Civil y las propias cofradías nos vigilan", explican ocultando su rostro a la cámara.

Lo cierto es que furtivos y cofradías llevan años enfrentados. Se acusan mutuamente de arrasar con las existencias de marisco, pero los furtivos defienden que la sobreexplotación se debe a los profesionales.

"El porcentaje de furtivos es irrisorio por mucho que ellos digan. Nosotros estamos, entramos, salimos y nos vamos. Los profesionales y los que tienen permiso para explotar y los que están ahí días y días son ellos. No cumplen con el cupo, cogen todo lo que pueden", sostiene uno de los pescadores furtivos.

Mas Vale Tarde visita la lonja para ver qué opinan aquellos que obtienen el marisco de forma legal. "Tenemos un tope de 7 kilos y después 12 días al mes", apunta uno de los pescadores.

Preguntados por su actividad ilegal, los furtivos también culpan al acceso restringido a las cofradías. "¿Cuánta gente quiere conseguir licencia y no se la dan? Se la da al primo, se la da al hermano... Intentar conseguir una licencia para mariscar...", añaden ante la periodista María Lamela. No obstante, admiten que es un negocio que mueve mucho dinero, "incluso 6.000, 7.000 u 8.000 euros en una marea".

Pero, ¿quiénes son sus clientes? ¿A quién le venden ese marisco ilegal? "Mis principales clientes son placeros, restaurantes de nivel y categoría, la gente de la lonja. Ellos son los que hacen la trampa, son los que tienen acceso a las guías", apunta el furtivo. Una acusación que niegan de forma tajante en la lonja.

Las guías son el documento que permite a un mariscador vender su producto. Es obligatorio tenerlas y colocarlas en cada caja que se vende.