Doñana, patrimonio Mundial de la Unesco y sus distintos ecosistemas corren el riesgo de desaparecer por el cambio climático y los problemas de la gestión local. La principal amenaza es la entrada de nutrientes en el aparque  por el uso de abonos y aguas residuales además del impacto que tiene la extracción de agua subterránea.

Los investigadores advierten de que un clima más cálido podría agravar el afloramiento de algas y degradar la calidad del agua y todo con un resultado dramático.

Para evitarlo, el informe presentado por el grupo de investigadores científicos concluye, que las administraciones locales tendrían que analizar con detalle lo que pasa en las zonas protegidas, para evitar una degradación más aguda.

Saber cuándo los cambios serán irreversibles es imposible por eso alertan de que todo depende de la rapidez en tomar medidas por parte de las administraciones locales. Si esto no se hace correctamente será imposible que el ecosistema pueda enfrentarse con éxito a los efectos del cambio climático.