Más Vale Tarde ha tenido la oportunidad de hablar con un testigo fundamental en el caso de Sara, la mujer de 39 años fallecida tras someterse a una lipoescultura en Cartagena. Se trata de la que era la actual pareja de la víctima, que el día de la operación se encontraba en el lugar de los hechos acompañando a su pareja, con la que llevaba saliendo año y medio aproximadamente, y pudo hablar con el cirujano minutos después de la fatídica intervención que acabó llevándose la vida de Sara.

Este hombre ha contado a laSexta todo lo que ocurrió durante las horas en las que Sara se encontraba en el quirófano. Según dice, la primera vez que el cirujano sale lo hace para comunicarle que todo va bien, pero que Sara está un poco inestable. Por ello, según le contó, aguantarían un poco más de tiempo la operación. Horas después vuelve a salir, esta vez para reiterarle a la pareja de la víctima que esta sigue inestable.

Según lo que ha contado a laSexta este hombre, esta fue la razón por la que se decidió llevar a Sara a la UCI del Hospital General Universitario Santa Lucía. No obstante, según ha puntualizado el novio de la fallecida, esta información se le transmitió porque en la clínica donde la estaban operando no hay servicio nocturno ni UCI, y el cirujano se marchaba hasta Murcia. Es muy importante el testimonio del testigo.

La razón: es la única persona que habló con el cirujano durante todas las horas en las que Sara estuvo en quirófano. También se ha conocido que, antes de someterse a esta lipoescultura, Sara se hizo una abdominoplastia. Fue en 2019, y después de esta intervención pidió consejo para seguir realizándose diversas operaciones. Ella quería eliminar grasas del abdomen, y hasta dos cirujanos le dijeron que no era recomendable hacerlo.