A tope ha estado durante 22 años. El tiempo que fue presidente de la diputación de Ourense. José Luis Baltar, lejos de formalidades, ya ven, ha rascado votos en Galicia ya sea a base de un apretón de manos, a golpe de trombón o haciendo algún que otro favor.

Presuntos enchufes, que le han valido la fama de "cacique" él mismo lo reconoce, un cacique bueno. El último en hablar es el alcalde de Monterrey, un municipio de Ourense, diciendo que como él, muchos gallegos consiguen verse reflejados en Baltar.

Porque no tiene complejos ni pelos en la lengua. Se desvive animando a su partido y celebra los mítines con una pasión desmedida. La expresión "políticamente correcto", eso sí,  no le define, ya sea pegando carteles o en pleno discurso electoral.

Y haya las diferencias políticas que haya en campaña, ir con Baltar siempre ha sido una garantía de voto. Será un juez el que decida si un cacique bueno de verdad.