La velocidad a la que avanza la lava del volcán de La Palma se ha reducido desde que comenzó la erupción. Si en un primer momento se desplazaba a 700 metros la hora, ahora lo hace a cuatro metros la hora. Además, de las dos lenguas que surgieron en un principio, una de ellas se ha frenado, pues según desciende por la ladera se va topando con la orografía, que la ayuda a parar.
Y aunque su desplazamiento ahora es más lento, la lava es ahora más destructiva. A su paso, ha arrasado ya con 160 hectáreas y 350 viviendas que han quedado completamente sepultadas.
Esto se debe, tal y como explica la física Isabel Zubiaurre, a que en su recorrido se va apilando el material y la lengua va ganando altura -ya alcanza los 15 metros-. Al ser tan alta, es capaz de destruir todo a su paso.
Por todo, se prevé que la lava, que ahora se encuentra en el municipio de Todoque, tarde en llegar al agua, al menos se cree que no lo hará en las próximas 48 horas. Y mientras tanto, irá calcinando y causando destrozos en su recorrido.