El COVID deja imágenes demoledoras que difícilmente podrán borrarse de la mente de los sanitarios. En Más Vale Tarde hemos accedido a la UCI del Hospital de Mérida, una de las más afectadas de España, para conocer el día a día de quienes están detrás de los EPI.

"La situación es extremadamente grave, estamos casi duplicando la primera ola. Estamos al 160% de ocupación normal", ha explicado un sanitario a las cámaras de laSexta.

Su riesgo es extremo, por eso deben siempre ir protegidos del SARS-COV-2: gorro y guantes por dentro del EPI y el propio traje en sí mismo. Solo así, y cuando la puerta externa se ha cerrado, pueden entrar en la UCI.

Allí realizan maniobras en las que peligra la vida de los pacientes, en un estado extremadamente grave. Una de ellas es la de 'decúbito prono', que consiste en colocar al paciente, sedado, boca abajo con la cabeza de lado, los brazos pegados al tronco y las palmas de las manos hacia arriba.

El paciente más joven que han tenido es un hombre de 30 años que no tenía patologías previas. Ha estado durante 15 días en una situación "muy crítica", pero afortunadamente en unos días irá a planta.

Sin embargo, no todos los pacientes corren la misma suerte. "Lo peor que se vive como intensivista es cuando fracasas y el paciente se te va", ha reconocido un sanitario.