La reunión de más de cuatro horas del pasado miércoles entre la dirección de Pablo Casado y los barones del PP en la sede central del partido en la calle Génova de Madrid estuvo plagada por la desconfianza entre los dirigentes hacia la actual dirección.

Tanto es así que no solo le hicieron firmar a Casado que no se iba a presentar al próximo congreso del Partido Popular, sino que hubo momentos en la reunión que pensaban que estaban siendo espiados.

Según ha informado la periodista Carmen Morodo en La Razón, hubo un momento en el que el presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo, se levantó y pidió cambiarse de sala porque pensaba que estaba siendo grabado por el equipo de Teodoro García Egea.

Todos se vigilaban entre sí y saltaron chispas. Muy alejado de esa fluidez y cordialidad que explicaron los barones a la salida de esa reunión. El temor a que hubiera filtraciones de esa conversación llevó hubiera un proceso casi de incautación de móviles.

Todo eso sucedió cuando Casado empezó a hablar y acto seguido se publicó un tuit desde el exterior en el que se anunciaba que el presidente había empezado su turno de palabra. Todos se miraron por el rabillo del ojo y todos apuntan como presunto filtrador a Paco Núñez, líder en Castila-La Mancha.