Su punteo era inconfundible. Su rasgueo, la mirada del placer de tocar. "Me gusta mucho tocar, salir al escenario y desfogarme. Yo he sido siempre una persona con mucha energía", decía el gran maestro de la guitarra.

Hoy, conforme el mundo se despertaba, nos enterábamos. Paco de Lucía ha muerto. El maestro de las seis cuerdas nos ha dejado joven. Un infarto ha sido la causa mientras jugaba con sus nietos en una playa de Cancún, su actual residencia.

Nació en Algeciras, donde hoy se le llora. "Hay personas en el mundo que no deberían morir nunca, Paco era una de ellas", afirma un vecino. "Era un hombre con una humanidad excelente. Se le ve muy serio tocando pero no, era distinto".

"Sacó el flamenco del rincón y lo hizo grande"

Era hijo de Lucía, de ahí su nombre artístico. Un hombre que marcó un antes y un después en el flamenco, lo sacó de su barrio y se lo enseñó a todo el mundo. "Sacó el flamenco del rincón y lo hizo grande", explica Juan Luis Cano.

Con Camarón renovó el estilo, pero también se atrevió con el jazz y tocó con otro genio de la guitarra, Carlos Santana.

Fue reconocido innumerables veces. Honoris Causa por la Universidad de Berkeley o Príncipe de Asturias de las Artes en 2004. Aunque él prefiere de premio: “Mi premio es que de pronto yo vea que un chavalito de 20 años que toca la guitarra se emocione con algo que de este disco”.

Él cambió la forma de tocar la guitarra, pequeños detalles que muchos conocieron en el flamenco que hoy conocemos. "Uno inventó el rasgueo, el otro la falseta y otro le puso la armonía, que es Paco de Lucía".

Gran embajador de nuestro país, que hoy es recordado. "La originalidad y la innovación que trajo al mundo del flamenco son referencias inolvidables", homenajeaba José Ignacio Wert.

Paco de Lucía se ha ido de forma inesperada, pero nos deja su música para siempre.