Tiene un pie en la calle, desde hace una semana se espera su inminente salida. La abogacía del Estado se opone a la excarcelación de Miguel Ricart el único condenado por el  triple asesinato de las niñas de Alcasser.

Condenado a 186 años de cárcel ha cumplido 21 años, y desde instituciones penitenciarias señalan que las posibilidades de reincidencia son muy altas.  "Tengo la conciencia muy tranquila", dijo en su juicio en 1997.

Es un asesino y un ególatra tal y como se autoretrata en las cartas que escribía desde prisión, en junio de 1998, cuando ya lleva un año en la cárcel, con una caligrafía infantil y perfecta relató: "(...) yo un hombre inocente creo que Dios ha querido darme una lección para alejarme de las malas compañías, pero estoy seguro de que el Tribunal Supremo me absolverá, ya lo veras".

En otro extracto de la carta decía que"(...) en cuanto salga en algún medio de comunicación me enchufaré al detector de mentiras y luego me inyectaré el Pentonal y una vez haya finalizado las dos pruebas les cantaré las 40 para que se entere toda la sociedad española (...)".

La idea de una "máquina de la verdad" le obsesiona, llama la atención también que quiera aparecer en los medios. En una carta un año después insiste en su inocencia, a pesar de que dos años antes había confesado y reconocido los crímenes: "(...) Espero que me absuelvan, no se puede condenar a un hombre sin pruebas, yo he demostrado que no tengo nada que ver (...)".

En el año 2000 accede al segundo grado y se muestra pletórico en sus cartas: "Tengo una buena noticia que darte, ¡al menos para mí! estoy en 2º grado desde el 10-8-2000 por lo que ya puedo salir de permiso y resolveré, el caso Alcasser detendré a los criminales (...)".

Permisos de fin de semana a los que nunca accedió porque no los pidió y no lo hizo porque durante 20 años ha sido un apestado entre rejas y también fuera de ellas. Su única hermana se marchó de Valencia y se cambió el apellido y su expareja e hija que nació el mismo día que fue detenido por el crimen, no desean tener ningún tipo de contacto con Ricart.

Él piensa que va a entrar en la historia de España por ser algo más que un asesino: "(...) Seré un héroe y me transformaré en un mito en la historia de España, la nación más grande del mundo ¡ya lo veras!".

Tiene 49 años y nunca ha sido santo de la devoción del resto de reclusos, a pesar de haber pasado por cuatro cárceles diferentes. No ha hecho amistad con nadie, ni ha recibido ni una sóla visita.

Para colmo en las cartas pide ayuda económica incluso a Fernando, el padre de Miriam, una de sus víctimas. "(...) A ver si me puedes mandar dinero para pasar las navidades medianamente bien (...) y de paso hablas con Fernando a ver si te da el aguinaldo para mí (...)".

No se ha arrepentido, no ha pedido perdón, ni ha pagado las indemnizaciones a las familias. Tendría salir de prisión en 2023 pero con la derogación de la doctrina Parot, lo hará de un momento a otro.