Enrique López es un viejo conocido del Tribunal Constitucional. Ya en el año 2008, el Partido Popular, desde la oposición, intentó sin éxito que el Senado le propusiese para el cargo que hoy ocupa. El problema: su falta de experiencia. Según las cuentas de sus compañeros, López no alcanza los 15 años de carrera que se necesitan para ser juez del Constitucional.

Una vez conocidos los candidatos, los jueces del TC votan su idoneidad, un trámite rutinario que no suele dar problemas. Pero esta vez se ha hecho público, porque la mitad de sus compañeros no creen que López sea el más indicado para el cargo. Ha sido Pascual Salas, el actual presidente, quien con su voto de calidad ha tenido que desempatar.

Como juez del Constitucional, López tendrá en su mesa asuntos muy importantes sobre los que reflexionar. El problema es que acerca de alguno de ellos ya se ha pronunciado.