La poca ayuda que recibe Elio lleva ya tres meses sin llegar. Él, a sus 19 años, necesita cuidados las 24 horas del día. Tanto que su madre ha tenido que dejar de trabajar para ocuparse de él. Elvira Antón, madre de Elio: "Pides dinero a familiares, a amigos y al final tienes que elegir si pagar la comunidad o pornerle un corsé a tu hijo, y le pones el corsé".

Su caso no es aislado. La ayuda a la dependencia de Sergio tampoco llega. Y eso que se la han bajado en 50 euros. Ni Antonia ni su marido tienen trabajo, han perdido su casa y ahora viven de alquiler con sus dos hijos. A ellos les cuesta creer que haya luz al final del tunel. José Cifuentes, padre de Sergio: "300 euros más gastos y aún así hay meses q nos vemos mal".

Pero además de los retrasos, también tienen que asumir nuevos gastos, en forma de copagos. Para la Asociación de Espina Bífida de Alicante, la situación de estas familias choca con la defensa de la ley del aborto que hacen desde el Gobierno. Miguel Ángel Consuegra, presidente Asociación Espina Bífida Alicante, dice que "gente que está defendiendo la vida del concedido y no nacido a ultranza, está dejándonos morir a los dependientes de una forma lenta y dolorosa.

Las cuentas tampoco le cuadran a Ana María. Ella, además, también sufre los impagos de educación. "Dicen que en breve se pagará y así van año tras año". Al final le deben 3000 euros de ayuda en transporte a su hijo David. Así que es ella, la que con su coche, tiene que llevarle y traerle del colegio,a veces no hay para echarle gasolina. En total, 36 kilómetros en su vehículo particular, y todo para que su hijo no falte ni un día más al colegio. Obstáculos continuos para unas familias que no pueden permitirse perder la esperanza.