El Mar Mediterráneo está muy contaminado. De hecho, es uno de los más sucios del planeta, con más de 23.000 toneladas de plástico, sólo en su superficie.

Y un dato que es todavía peor, el 78% de esa basura que tenemos en el mar la generamos nosotros.

Buscando soluciones, en el Oceanografic de Valencia han encontrado un aliado estupendo. Se trata de la tortuga boba, una "excelente candidata" para monitorizar las basuras y los plásticos en el mar.

A lo largo de veinte años han estudiado las especies que han ido llegando al centro de investigación y han ido observando cómo les afecta la contaminación. Gracias a los resultados, la Unión Europea ha decidido que sea esta, la de la tortuga boba, la especie elegida para determinar cómo les afecta la contaminación a los animales marinos.

Tras los estudios, han llegado a la conclusión de que las tortugas bobas se han adaptado a la contaminación marítima y han tenido que cambiar su dieta y su hábitat.