No hace mucho tiempo, cuando subía a una tarima, el expresidente José María Aznar sufría uno de los efectos del cambio climático: "Hace un calor gordo". Pero el único infierno que veía era el que vaticinaban sus adversarios políticos: "Poco o nada tiene que ver con la ciencia los abanderados del apocalipsis climático". Para el exdirigente popular, el cambio climático era una hipótesis.

"Un problema que quizá, o quizá no, tengan nuestros tataranietos", aseguraba Aznar. No fue el único en el Partido Popular en legitimar este discurso. Cuando Mariano Rajoy sucedió a Aznar en el liderazgo del PP, también lo hizo en lo de sembrar dudas: "Tampoco podemos transmitirle a la gente que esto es un apocalipsis". Pero él, que era muy de argumentos científicos, tenía un referente.

"Voy a hablar de un primo mío que es catedrático de Física en la Universidad de Sevilla. Dijo que trajo a diez de los más importantes científicos del mundo, y ninguno me ha garantizado el tiempo que iba a hacer mañana en Sevilla. ¿Cómo alguien puede decir lo que va a pasar en el mundo dentro de 300 años?", planteaba Rajoy. A Esperanza Aguirre, expresidenta de la Comunidad de Madrid, también le preguntaron por esta cuestión.

¿Compartía ella las declaraciones de su presidente? Ella no tenía dudas: "Yo comparto todas y cada una de las opiniones de Mariano Rajoy, y singularmente esta". Pero si hubiera un premio a la mejor declaración negacionista, lo ganaría Rafael Hernando: "Nos garantizaron que en 25 años el nivel del mar iba a aumentar 50 centímetros. Han pasado casi 26, y alguno debería de explicarme a qué hay que esperar a que suba el nivel del mar".

Así hablaba entonces el portavoz del Partido Popular en el Congreso de los Diputados. Pero lejos de quedarse en esa reflexión, quiso ir más allá a la hora de dirigirse a quienes defendían las medidas para luchar contra la crisis climática: "Esos son postulados que responden a ese ecocomunismo que profetiza esto, o que el próximo 21 de diciembre se va a acabar el mundo".