Una hija de siete meses, planes de boda...Dana Leonte, de 31 años y nacionalidad rumana, incluso acababa de abrir un negocio que le había generado importantes deudas.

Vivía con su pareja y su hija en Arenas, Málaga, y cualquiera diría que tenía muchas razones por las que quedarse y ninguna aparente para huir.

Por eso, dos meses después de que se le perdiera el rastro, nadie se explica qué le ha podido ocurrir.

Catalogada por la Guardia Civil desde un primer momento como una desaparición de alto riesgo, las hipótesis sobre qué le ha podido pasar a Dana, son muchas y variadas. En el centro de todas ellas, está su pareja, Sergio Ruíz, de 37 años.

No dudo en confesar a los medios que él era el principal sospechosos para la benemérita y como afirma que no tiene nada que ocultar, colaboró con la Guardia Civil en los registros de su propia casa el pasado 26 de junio.

Pero cuando los agentes entraron notaron un fuerte olor a lejía. La vivienda había sido fregada con aguafuerte, según Sergio, para repeler las hormigas. Además, había varias paredes pintadas en las que los perros de la Guardia Civil marcaron varios puntos: entre ellos una almohada y un edredón.

No sólo se tomaron muestras de las propiedades de la familia, también se analizó una hoguera que permaneció varios días activa cerca del cementerio.

Los agentes siempre han tenido a Sergio en el punto de mira, especialmente, tras las 24 horas que pasó aparentemente escondido en este monte. Aunque él lo negó.

Por qué se marchó y qué hizo durante ese tiempo se desconoce. Su versión es que Dana se marchó voluntariamente, agobiada por las deudas a un amigo 'prestamista' al que incluso llamó para pedirle explicaciones. El propio Sergio grabó la conversación con él, pero está por ver todavía si como prueba o coartada.

Lo que su familia tiene claro es que Dana no se ha marchado por su propia voluntad. 62 días después de su desaparición, dónde está y qué le ha ocurrido a Dana Leonte, sigue siendo un misterio.

Juan Cano, periodista en 'Diario Sur', explica lo último que se ha investigado sobre el caso. "La Guardia Civil sigue trabajando como el primer día", asegura el periodista, que explica que esta sigue siendo una "desaparición inquietante con todas las hipótesis abiertas".

En todos los ámbitos de la vida de Dana parece que había problemas: "En el personal había una mala relación con la familia de Sergio; en el labora, acumulaba deudas que ascienden a los 50.000 euros; y en su relación de pareja, en la que hay un episodio de una denuncia por violencia de género que acabó archivándose".

Todos estos factores, dice Cano, "dificultan la labor de los investigadores que, a día de hoy, no saben nada del paradero de la joven".