Viktor Orban. 50 años, abogado y primer ministro húngaro desde 2010. Renovó el cargo hace un año. "Nos espera una nueva época excelente", expresaba en 2014. Pero también fue primer ministro entre 1998 y 2002.

Conservador, nacionalista, populista y cristiano, aprovechó su mayoría parlamentaria para aprobar en solitario una Constitución a medida. Polémico en su país y también fuera de él. Ha criticado a la Unión Europea por el reparto de refugiados y se ha convertido en el guardián de sus fronteras.

Ola de inmigración, efecto llamada, e invasión, son algunas de los términos que utiliza Viktor Orban, primer ministro de Hungría, para referirse a la situación de los que intentan huir de la guerra.

La mayoría de refugiados quiere pedir asilo en Alemania pero para llegar hasta ahí, muchos pasan por Hungría, una de las puertas de la Unión Europea. "No es nuestro problema, es un problema de Alemania", ha dicho contundentemente.

Defiende el Hungría es para los húngaros y entiende la llegada de inmigrantes como una invasión cultural a su país. "Todos los países tienen derecho a tener un gran número de musulmanes si quieren. Si quieren vivir con ellos, pueden, pero nosotros no queremos y creo que tenemos derecho a decidir".

Orban ha levantado una valla en la frontera con Serbia para detenerles el paso. Pero ni los 175 kms de concertina, ni las pelotas de goma, ni los gases lacrimógenos que ha utilizado contra ellos han conseguido que los que huyen sigan llegando.

Ahora, el primer ministro húngaro amenaza con levantar otro muro en la frontera con Croacia e intenta detenerlos con imperativos. "Quedaos en Turquía, no vengáis. Es peligroso", explicaba Orban.

"Si no defendemos nuestras fronteras, de nuevo vendrán decenas de millones a Europa" "significaría el fin de Europa", expresaba. Pero mientras él pide el cierre de las fronteras, otros líderes europeos buscan soluciones para acoger a más refugiados.