El Ministerio de Trabajo ha presentado una propuesta para reducir al máximo la temporalidad. El objetivo es que los contratos temporales se utilicen solo en trabajos en los que se producen picos de actividad, como podría ser durante la Navidad en una tienda.

Sin embargo, ese contrato temporal solo podría durar un máximo de tres meses, lejos del máximo establecido actualmente para, por ejemplo, un contrato de obra y servicio, que alcanza los tres años.

Si un empresario quiere prolongar ese puesto de forma temporal, solo podrá hacerlo durante dos meses más con un segundo trabajador, hasta un total de 5 meses. Posteriormente tendría que ser indefinido.

Actualmente, solo el 15% de trabajadores de una empresa podían tener contratos temporales. Ahora, se pretende que el número de trabajadores temporales dependa del número total de empleados. De esta manera, las empresas de 1 a 5 trabajadores solo podrían tener un empleado temporal, mientras que las de más de 500 podrían llegar a los 30.

Sin embargo, el profesor de Economía Businnes School Javier Díaz Jiménez asegura que este modelo no va a funcionar porque sugiere numerosos vacíos en los que los empresarios podrían hacer "trampas". "La gente no va a tener incentivos. Vamos a abusar de ella, es muy complicada, hay mil detalles, va a aumentar la economía sumergida...", ha aseverado el experto.

"Es una reforma que a mí me ha costado mucho trabajo entender. Se va a terminar abusando de los contratos indefinidos", ha continuado explicado Díaz-Giménez, que ha asegurado que "una manera fácil de corregir la temporalidad es aproximar los contratos".