El calor extremo tiene también efectos extremos en nuestro día a día, y no solo en el plano puramente físico. Se ha comprobado que nueve meses después de sufrir altas temperaturas la natalidad cae. Los expertos apuntan un motivo claro: que baja nuestra actividad sexual, pero también a otros más fisiológicos que tienen que ver con la fertilidad. No es la única relación que se establece con las olas de calor que estamos sufriendo estos días.

También con el trabajo. Sí, hablamos de un descenso de la productividad laboral; en términos globales, de un 25%. En Estados Unidos se llegaron a cuantificar pérdidas de 19,5 euros por persona, y del 5%-7% en el campo, por un menor rendimiento de los trabajadores, justificados en gran parte por el trabajo en el exterior. Para algunos, de hecho, ir a trabajar con este tiempo se convierte en una actividad de riesgo.

Y ojo, porque la agresividad y la violencia también crecen por el calor. Con más de 30 grados, aumentan los insultos; con más de 40 grados, se disparan directamente. Pero la violencia no es solo verbal, también física. Entre un 5% y un 10% aumentan los crímenes, asesinatos o asaltos. Esto provoca muertes que se suman a las que trae el propio calor. En 2022, España sufrió 11.000 decesos por el calor, mientras que Europa alcanzó los 61.000