La razón por la que los expertos no recomiendan comer la cabeza de los mariscos es por su alto contenido en bisulfitos y cadmio, que es un metal pesado que está en el mar, tal y como explica el nutricionista Luis Alberto Zamora.

Este se va acumulando en nuestro cuerpo y tiene efecto perjudicial en los riñones, puede dar mareos o dolor de estómago, e incluso pueden llegar a alterar nuestro sistema inmune. Pero el cadmio no es la única razón por la que no se debe chupar la cabeza de las gambas: también porque tienen altos niveles de colesterol y presencia de bisulfitos.

Personas que tienen que tener más cuidado

Hay varios grupos de personas que deben prestar especial cuidado durante las comidas navideñas. Los alérgicos al marisco, principalmente porque puede darse contaminación cruzada; las personas que tienen migrañas porque el marisco es rico en histamina y puede generar una crisis; y las embarazadas, niños y ancianos, que tienen que evitar consumir marisco crudo.

Cómo combinar los mariscos

Los mariscos son bajos en grasa y ricos en proteínas, sin embargo tienen mucho colesterol y purinas, que suben el ácido úrico.

Para neutralizarlo, el experto señala que podemos acompañar nuestras comidas con frutos rojos, alcachofas, apio, lácteos y beber mucha agua.