Con la Navidad llegan los turrones, los mazapanes y los bombones. La época navideña es muy dulce, pero desde la Organización Mundial de la Salud recomiendan reducir el consumo de azúcares libres y añadidos.

"La compensación no funciona", ha alertado Luis Alberto Zamora. Porque reducir de manera extrema la ingesta de azúcar para después darse un 'atracón', aparte de no servir, puede resultar peligroso para el organismo.

"Primero volvemos loco al páncreas. De repente hay mucho azúcar, le hacemos trabajar, y cuando ya está acostumbrado a manejar ese azúcar lo cortamos", ha señalado Zamora.

Para poder reducirlo, es muy importante diferenciar entre azúcares libres y añadidos. Una diferencia que se ve clara en el ejemplo de una naranja, un zumo de naranja natural y una mermelada.

La composición de la naranja hace que requiera mucho trabajo por parte del organismo acceder a los azúcares, por lo que su digestión es más lenta. En el caso del zumo natural, se han roto esas 'barreras' que tiene la naranja, y el acceso es más rápido y sencillo.

La mermelada que tenga azúcares añadidos ofrece directamente el azúcar, sin que haya una composición que haga difícil el acceso a ellos. De no tener "añadidos", se comportaría de manera similar al zumo.