La nueva normalidad ha traído consigo importantes cambios en nuestra forma de disfrutar de las terrazas y bares de tapas, donde se han eliminado todos aquellos elementos susceptibles de ser tocados por varios comensales: saleros, botes de salsas o cartas, ahora sustituidas por códigos QR que pueden leerse a través del móvil (te explicamos cómo aquí).

Sin embargo, aún hay muchos errores que seguimos cometiendo cuando salimos a tomar algo y que pueden suponer un riesgo de contagio de coronavirus sin que caigamos en la cuenta. Uno de ellos, según destaca el nutricionista Luis Alberto Zamora en Más Vale Comer, son los boles con patatas fritas o gominolas para compartir.

El experto en alimentación y Mamen Mendizábal han mostrado con un experimento lo fácil que es que nosotros mismos propaguemos el patógeno al tocar diferentes elementos, y cómo los aperitivos para compartir pueden suponer todo un foco de contagio, representando el virus con pintura naranja en una mascarilla y unos guantes.

Así, si al quitarnos la mascarilla la tocamos y a continuación metemos la mano en el bol de aperitivos, estaremos contaminando los alimentos que después otros comensales también tocarán y se llevarán a la boca. Lo mismo ocurre al tocar vasos y otros utensilios, si nos servimos unos a otros o si compartimos una ración, picando del mismo plato.

Otro gesto con el que podemos dispersar el virus y en el que a menudo no reparamos es pasarnos el teléfono móvil: si lo cogemos, nos lo acercamos a la cara para hablar y luego se lo damos a otra persona para que se ponga, podemos estar diseminándolo, máxime cuando es un elemento que nos ponemos cerca de la boca y a menudo sin mascarilla para hablar.

En conclusión, resume Zamora, es mejor pedir que nos pongan los aperitivos de forma individual y evitar meter la mano en boles de patatas, cacahuetes o gominolas.

Otro aspecto importante es qué hacemos con la mascarilla cuando nos sentamos en una terraza: no debemos dejárnosla puesta e irla moviendo al comer, ni llevarla en el cuello o el codo. Lo correcto es quitárnosla -previo lavado de manos- y no dejarla sobre la mesa, ni en el bolso o en una bolsa de plástico, sino en un sobre de papel o, en su defecto, en una funda de gafas. Antes de volver a ponérnosla, debemos lavarnos las manos otra vez.

Las mantelerías deben ser de un solo uso, recuerda Luis Alberto Zamora, que asimismo aconseja no fumar, ya que lo hacemos sin mascarilla y al exhalar también van gotas contaminadas que pueden llevar el virus sin nosotros saberlo. Asimismo, se debe evitar compartir cubiertos y utensilios y, sobre todo, los platos de comida.