Joana Sanz, mujer de Dani Alves, es una víctima colateral del caso que mantiene al futbolista en prisión preventiva por una presunta agresión sexual.

En las últimas horas se ha desahogado en las redes sociales y ha contado el calvario que está sufriendo a raíz de la entrada en prisión del futbolista y a raíz de un vídeo que ha compartido en sus redes sociales en las que aparece bailando y haciendo la peineta hasta en tres ocasiones.

Hay quienes han interpretado que este gesto está dirigido a quienes la critican, otros comentan que sería un gesto al propio Alves. La modelo ha decidido zanjar el debate en su perfil, explicando que no va dirigido a nadie.

"Estoy siguiendo al letra de una canción que me parece muy energética, que levanta los ánimos. La música es terapéutica. No hagamos drama de todo esto ni saquemos las cosas de contexto", ha pedido Sanz.

Además, ha dicho que si esta canción se refiere a algo es a lo que le está sucediendo con la prensa. Como ha denunciado por 'stories', se ha filtrado su dirección y la prensa se pasa el día en la puerta de su casa, llamando al timbre y consiguiendo que los perros se pongan nerviosos. "¿Qué se piensan, que les voy a invitar a café?", ha cuestionado.

Así, ha declarado que siente "pereza" con toda la situación, y más teniendo en cuenta que nunca le ha gustado, dice, estar en el foco mediático. Como ella misma ha explicado, vive "una montaña rusa de emociones" y los días que se siente bien le gusta trasmitir que "al final del túnel hay un rayito de sol al que agarrarse".