Más Vale Tarde se ha hecho eco este miércoles de la fabricación de armas a través de impresoras 3D cada vez más común entre los delincuentes. Para tratar el tema ha estado en el plató la inspectora María Garrido, jefa del grupo dedicado a luchar contra el tráfico de armas que ha explicado algunas cuestiones sobre la legalidad de estos objetos.

La primera pregunta estaba totalmente clara: ¿es legal? Pero, la respuesta, también. La inspectora ha negado de forma categórica cualquier tipo de legalidad tanto en la fabricación, como en el uso de estos objetos, independientemente del material con el que están hechas.

En esta línea, Iñaki López se ha preguntado cómo podrían encontrarse estas armas si los detectores en las entradas de los edificios oficiales son de metales. En ese aspecto, Garrido ha mencionado la existencia de unos nuevos escáneres conocidos como de onda milimétrica activa, los cuáles identifican cualquier tipo de anomalía en el cuerpo o en la ropa.

En relación a términos legales, fabricar o poseer un arma impresa en 3D es constitutivo de un delito de tenencia prohibida de armas que recoge el Código Penal español, que establece una pena de entre uno y tres años de cárcel. Ante esta cuestión, Bea de Vicente, como abogada, ha cuestionado si la importancia, entonces, reside en "la potencialidad de disparar", cuestión que ha confirmado la agente.

De Vicente, entonces, ha reparado en que en este momento no están definidas en las distintas normas, pero Garrido ha explicado que "sí que están recogidas, porque cuando el Reglamento define lo que es un arma de fuego, no habla de material específico". De esta manera, "un arma impresa en polímero [plástico] es un arma de fuego en términos legales".