La situación del incendio forestal de Losacio (Zamora), que se ha cobrado la vida de dos personas y ha obligado a desalojar a casi 6.000 vecinos de 34 poblaciones, ha mejorado en las últimas horas. Gracias a ello ya pueden volver a sus casas los habitantes de 20 de las localidades evacuadas. No es el caso del de Carballeda de Valdeorras (Ourense) y Folgoso (Lugo), que continúan activos y avanzan sin control tras haber arrasado entre 23.500 y 33.500 hectáreas.

En Valdeorras, sus vecinos han intentado luchar contra las llamas para conservar sus casas pero, han tenido que ser desalojados. "Nos habíamos quedado con las mangueras para apagar el fuego nosotros y nos han desalojado. ¿Quién me paga a mí mi casa?", se pregunta uno de ellos. En ello se proyecta la imagen de la impotencia. "¡Ay dios mío, con lo que he luchado yo por esta casiña!, se lamenta a lágrimas otra de las víctimas.

Por la mañana, el panorama es desolador. Las casas han quedado destruidas. "He trabajado un montón y mira para qué", expresa otro de los afectos. El sentimiento de los vecinos de El Pont de Vilomara (Barcelona) es el mismo. El incendio que quema desde este lunes en Àger (Lleida) ha dañado ya una superficie aproximada de 71,14 hectáreas, según datos provisionales de los Agentes Rurales sobre este incendio que los Bomberos de la Generalitat han dado por estabilizado. Tal como han informado los Bomberos de la Generalitat, toda la afectación de las llamas se sitúa dentro del espacio natural de la sierra del Montsec, donde siguen trabajando 6 medios aéreos y 23 dotaciones terrestres.

En El Pont de Vilomara, zona en la que el incendio ya está controlado desde el lunes por la mañana, sus vecinos hacen frente a las consecuencias de las llamas. "Ahí está toda nuestra vida, todos nuestros recuerdos", dice sollozando Julia, la dueña de una casa convertida en ruinas. Su marido, Ricardo, le consuela diciendo que hay que empezar de nuevo. Joaquín es otro de los afectados. "No sé por dónde empezar", confiesa a las cámaras de laSexta. Ante él, catorce años de recuerdos reducidos a escombros por las llamas.