El calvario de un matrimonio madrileño que fue asaltado a punta de pistola mientras regresaban de unas vacaciones comenzó dentro de un contenedor de mercancías que durante cinco horas se convirtió en una auténtica cámara de torturas. Los hechos ocurrieron en Fuensalida, Toledo, en enero de 2020.

Un grupo criminal había seguido la pista a la pareja y les asaltaron a punta de pistola cuando regresaban a su casa después de pasar unos días de viaje. Los sacaron del vehículo y empezaron las agresiones. Primero les separaron, les pusieron un artefacto para dificultar la visión y los trasladaron por separado a un contendor de mercancías donde les sentaron uno frente al otro: el objetivo era que él viera como la torturaban a ella, y ella viera como le torturaban a él.

La Guardia Civil relata que el asalto fue de una brutalidad extrema. Los ladrones querían con esta maniobra conseguir los códigos de su caja fuerte y las contraseñas de las cámaras de seguridad de su domicilio.

Querían robarles, pero en ningún momento les preguntaron dónde vivían porque eso ya lo sabían. Las dos personas que pusieron sobre la diana a este matrimonio son dos hermanos que trabajan en una inmobiliaria de alquiler y venta de viviendas de lujo, encargados de seleccionar a las víctimas. Las buscaban de un perfil muy concreto: con mucho dinero.

Seis detenidos justo antes de dar un nuevo golpe

Ellos han sido detenidos junto a los secuestradores. En total, hay seis detenidos en esta Operación Río Lobos. Los arrestos llegaron justo antes de que dieran un nuevo golpe, ya que pretendían robar en una empresa de tecnología del sur de Madrid.

Para ello, llevaban meses controlando al personal, y ya habían escogido a su siguiente víctima: habían planificado secuestrar al vigilante y amenazarle con hacer daño a su familia. Pero las restricciones de movilidad del COVID, y una fallo mecánico en uno de sus vehículos, lo impidió, y la UCO entró en escena el 26 de enero.

En los registros de la operación se han encontrado armas de fuego simuladas y reales, munición, tasers y uniformes de la Guardia Civil y de la Policía Nacional que utilizaban para cometer los hechos delictivos. Los seis detenidos han ingresado en prisión.