El presunto autor del asesinato de Esther Escobar el pasado miércoles en el distrito de ciudad Lineal, en Madrid estaba obsesionado con su víctima.
Se llama Antonio, tiene 56 años, y ha confesado el crimen al verse acorralado y saber que iba a ser detenido. Por eso, se entregó a la Policía la noche del domingo 1 de marzo al lunes 2, cuatro días después de que se acercara por la espalda a Esther, una paraguaya de 40 años, cuando iba a entrar en casa y le pegase un tiro, pasadas las siete de la tarde, en una calle poco concurrida, pero con testigos que aportaron datos del autor.
Principal sospechoso desde el inicio
Los agentes del grupo VI de homicidios centraron su investigación sobre Antonio desde el primer momento, a lo que ayudó esta cámara sitúa justo en la esquina de la calle.
La familia ha agradecido su labor a la Policía y ha asegurado no saber nada del detenido, un hombre que al parecer estaba obsesionado con Esther.
El portavoz de la Policía Nacional, Marcos Moreno, ha informado de que tras la correspondiente detención, "se ha realizado un registro en el vehículo y se han localizado dos armas que se están analizando para ver si tuvieron algo que ver con los hechos de la semana pasada".
Ahora las hermanas de la víctima, que tienen una tienda de ropa a escasos metros, duermen algo más tranquilas, "no podíamos bajar del piso, pensábamos que alguien nos iba a disparar también", reconoce Zonia Escobar.
Antecedentes por lesiones y homicidio
El presunto autor tenía antecedentes por lesiones y por homicidio. En 2008, en un bar de Boadilla del Monte, en Madrid, donde tras una pelea sacó su arma y disparó a un hombre de 38 años.
Esther tenía aquí una pareja con la que pensaba regresar a Paraguay, para rehacer su vida con sus cuatro hijos y un nieto. El cadáver viajará el próximo jueves a su país.
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