La paliza que acabó con la vida de Samuel fue brutal y desproporcionada. Varios jóvenes atacaron a Luiz sin que éste tuviera la posibilidad de defensa cuando mantenía una videollamada con una amiga en el paseo marítimo de A Coruña.

"Hablaríamos de un asesinato con alevosía de prevalimiento, porque son muchos contra uno. Luego hay que ver quiénes son autores o coautores", ha explicado la abogada Beatriz de Vicente, que ha asegurado que hay diversos motivos que llevan a varios jóvenes a seguir la acción brutal de una sola persona, el que inició la agresión.

"Siempre hay un líder, un inductor, el que inicia la provocación y la agresión y manipula a su entorno para el que le sigan. Entre los seguidores está el que observa, el que participa, el que actúa porque tiene miedo..., ha explicado la criminóloga.

Además, ha advertido, hay diversos efectos que intervienen: "Hay un efecto de desindividualización, de como somos muchos la culpa no es mía; de deshumanización, ya que se convierte a la víctima en una mera cosa".

En este tipo de agresiones también interviene el refuerzo y la limitación, además de la aprehensión de evaluación: "Hay sujetos que hacen auténticas barbaridades solo porque les están mirando".

Con estos matices y teniendo en cuenta que la víctima no tuvo tiempo ni medios para defenderse, "se considera automáticamente un asesinato, no un homicidio", ha explicado.