El que es policía lo es las 24 horas. No importa dónde esté o cómo esté y si no que se lo pregunten a Luismi, un guardia civil que sorprendió 'in fragati' a dos ladrones en un bar de Paterna de la Rivera, en Cádiz. Pero él iba en en pijama, bata y babuchas.

Con lo puesto. Sin saber lo que se iba a encontrar. Igual que Víctor y Luis Javier. Detuvieron a un hombre que acaba de tirar a una mujer de una furgoneta. Ellos iban en bicicleta, disfrutando de un día libre.

En otra ocasión, un coche avanza con la puerta abierta. Está esperando a que suba un ladrón que acaba de robar un bolso, y huir de ahí. Pero no están de suerte, dos personas salen de los coches de al lado. Uno es guardia civil y el otro policía nacional, fuera de servicio. Le reducen e impiden el robo. En el bolso había 3.000 euros. Los ladrones escaparon después de intentar atropellarles con su coche. Porque no lo olvidemos, se juegan la vida.

Como otro agente, al que un ladrón quiso frenar encañonándole. Lo cuenta después de frustrar un robo en un supermercado de Madrid. Otro compañero, de Valencia, disfrutaba de un día de playa cuando le tocó salvarle la vida a un chaval que se había caído por un acantilado en Denia.

En el metro de Madrid, alguien se desploma y cae a las vías. Inmediatamente otra persona se lanza a auxiliarle. Es un policía nacional también fuera de servicio que además de sacarle de ahí aplicó técnicas de primeros auxilios hasta que llegara emergencias.

Otro policía en su día libre fue el que identificó a un violador en serie de Alicante. Conocía la descripción que habían dado las víctimas y le reconoció.

Casos comos estos suceden todos los días y no les damos difusión. No les llamaremos héroes. Sabemos que no les gusta. Nos quedaremos en policías que están ahí cuando se les necesita.