Auto sobre la denuncia de las tres jóvenes norteamericanas

La juez tiene dudas acerca de la denuncia de las tres hermanas norteamericanas por una presunta agresión sexual a manos de tres jóvenes afganos en Murcia la noche del 31 de diciembre.

Según las denunciantes, ya en el pub donde se conocieron fueron víctimas de tocamientos, lo que no impidió que todos salieran del bar para pasar la noche juntos. Lo hicieron en dos pisos distintos, y es en ellos donde las jóvenes aseguran haber sido violadas.

Un relato de los hechos que a la juez instructora le resulta muy extraño. "Que las tres hermanas sufran una agresión sexual, suban al piso con sus agresores sin que conste violencia o forzamiento alguno, que nada se diga entre ellas, que no traten de huir o que no pidan el más mínimo auxilio (…) resulta cuanto menos necesario de una mayor explicación por las testigos víctimas", explica en el auto.

Especialmente llama la atención la parte en la que los supuestos agresores las acompañan hasta la estación de autobuses de Murcia a la mañana siguiente. Las cámaras de seguridad captaron ese adiós, que también generan dudas en los investigadores. "La Policía ve cómo los agresores se despiden de las víctimas con un beso o abrazo y que observan un acompañamiento cordial", añade la juez.

Otro de los aspectos que nubla el caso, es el hecho del por qué las chicas ser marcharan de España inmediatamente tras poner la denuncia. "Siguieron con la planificación de sus viajes sin poder contar a día de hoy con su testimonio. Afirmando primero un destino, Francia, que resultó no ser cierto hasta dar con su paradero en Austria", según el auto judicial.

Incoherencias que hacen dudar a la juez sobre este caso de violación. Además, la Policía Nacional descubrió que el viaje de las jóvenes a España incluía una indemnización en caso de agresión sexual. Una de ellas, de hecho, se lo confirmó a un agente por teléfono.

De momento, las chicas se encuentran en su país de origen y los tres jóvenes afganos están en libertad, pero siguen sin poder volver a sus destinos en Europa hasta que no se aclare si se trata de una agresión sexual o de una estafa perfectamente planeada.