Samuel Little, el peor asesino en serie de la historia de los Estados Unidos, ha muerto en prisión a sus 80 años.

Se dio a conocer por el espeluznante relato que hizo de cada uno de los 93 crímenes que confesó. Se acordaba de cada una de sus víctimas.

El antiguo boxeador cumplía su condena en una prisión en Los ángeles, y desde allí, hace 14 meses que confesó todos sus asesinatos.

Completamente ajeno a la crueldad de sus relatos, incluso daba detalles como la complexión de sus víctimas o el maquillaje que llevaban.

Así habló de hasta 93 víctimas, la mayoría mujeres, elegidas al azar y asesinadas por todo el país. Una trayectoria criminal que duró 35 años y que quedó reflejada en un mapa que el FBI sacó a la luz hace poco más de un año.

Por entonces, los agentes sólo habían podido verificar 50. Del resto, 43, solo sabían lo que él les contó. Porque el criminal describió a cada una de ellas con todo detalle.

Recordaba cuánto pesaban, cuánto medían, si las conoció en un bar o en la calle e incluso en donde se deshizo de sus cuerpos.

Aún así, los agentes todavía no han dado con ellas. Por eso, subieron a la red algunas de las confesiones de Little y los dibujos que el propio asesino realizó de sus víctimas.

Retratos de mujeres, la mayoría de raza negra, en los que incluso destaca cómo se maquillaban los ojos o si llevaban diademas o pañuelos en el pelo. Detalles que, quizás para alguien sean reconocibles y que él mismo se atrevió a recordar con nostalgia.

A la primera de todas la mató cuando tenía 30 años, en 1970. Y a la última en 2005. Sin embargo, Little no fue detenido hasta hace ocho años, en Kentucky, cuando le arrestaron por un asunto de drogas.

Le tomaron muestras de ADN y, al introducirse en el archivo policial, le relacionaron con tres investigaciones no resueltas: las muertes de tres mujeres en Los Ángeles en los años 80.

Todas habían sido golpeadas y estranguladas. Aun así, por entonces, los agentes no se imaginaban que la lista pudiera ser tan larga.

Ahora, un año después de las imágenes en las que se le podía ver relatar sus crímenes, Samuel Little está muerto, y solo queda identificar al resto de sus víctimas.