"De escala ejecutiva casi el 40% del alumnado somos mujeres y de escala básica aproximadamente un tercio", explica Nerea Puebla, inspectora alumna de la Academia de Policía.

Nerea estudia en la escala ejecutiva y es su primer año en la academia. Se enfrenta a los mismos criterios de evaluación que cualquiera de sus compañeros. La única diferencia entre chicos y chicas está en las pruebas de acceso.

"Las pruebas son las mismas, lo que es cierto es que los tiempos o los pesos que se nos exigen varían. Pero está diseñado de tal forma que el entrenamiento y la preparación para esas pruebas nos requiera el mismo esfuerzo a ambos", asegura Puebla.

En clases de unas 44 personas, la mayoría hombres, estudian investigación, criminzalística y todo tipo de teoría y prácticas.

"Tenemos que aprender a protegernos y a priorizar nuestra seguridad. Hay compañeras que están en mejor forma que algunos hombres", afirma.

En la academia de Ávila también se practica el rescate en el agua o el tiro. "Todos tenemos mejores o peores tiradas y el nivel de estrés influye muchísimo, y eso ocurre indistintamente en hombres y en mujeres", explica Puebla.

Y así, salen perfectamente preparados para todo tipo de situación. Tanto los hombres como las mujeres que hoy en día están en el Cuerpo Nacional de Policía. "Conforme van pasando los años, más mujeres se interesan por esta profesión. A día de hoy, la Policía ya no es un mundo de hombres", sentencia.