Un grupo de atracadores acorrala a dos turistas en el barrio de la Barceloneta; uno consigue huir, pero el otro es brutalmente agredido por tres jóvenes, uno de los cuales se ensaña con él incluso estando ya en el suelo.

La escena ocurrió el domingo en pleno centro de Barcelona, una ciudad que vive ya 20 delitos por hora. Tan solo unas horas más tarde y a apenas dos kilómetros de allí, un joven chino moría tras una salvaje paliza, convirtiéndose en la quinta víctima mortal registrada en la ciudad durante el último mes y la octava de lo que va de año.

Las peleas no son el único problema: solo en junio la Policía realizó 67 arrestos y detuvo 470 carteristas sospechosos, que se mueven como pez en el agua en la superficie, pero también en el metro de la Ciudad Condal.

Esta situación hace dos semanas resultó en una trifulca en la playa de la Barceloneta, donde unos turistas ingleses reclamaban a golpes un dinero que les habían robado.

Un clima de tensión para el que hasta ahora solo han encontrado una solución: reforzar la ciudad con más presencia policial.