Con el spray pimienta, los asesinos de Javier Ardines habrían tratado de reducirle. Además de en estas vallas, restos de esa misma sustancia han sido hallados en el cuerpo de Ardines, en casa de uno de los sicarios argelinos detenido y en el vehículo de este, que fue intervenido tras la detención.

Esta supone la principal prueba definitiva acusatoria de, al menos, uno de los detenidos.

La UCO, durante estos seis meses, ha vuelto al escenario del crimen para reconstruir los pasos de los asesinos y destripar cómo se planificó y ejecutó el asesinato. y sobre todo, buscando pistas.

A día de hoy, todavía no ha aparecido el arma del crimen, pero la zona la peinaron al milímetro. Buscaban rastros de varias personas porque Ardines era corpulento y de ser un sólo autor, habrían encontrado más signos de resistencia.

Tampoco había restos de ADN ni huellas, ni siquiera en las vallas que usaron para cortarle el paso. Evidentemente habían cuidado todos los detalles con guantes incluidos.

El ECIO, Equipo Central de Inspecciones Oculares de la Guardia Civil, fue quien encontró en el lugar del crimen los restos de una materia oleosa de color anaranjado que, tras ser investigados en el laboratorio, resultó ser spray pimienta. Un spray que los asesinos usaron para reducir a Javier Ardines.