Josep Pàmies, un conocido agricultor de Lleida y curandero que utiliza tratamientos con lejía, ha aprovechado la crisis sanitaria del COVID-19 para vender su producto, con el que llegó a asegurar que se podía curar el coronavirus en tan solo 24 horas.

Se trata del MMS, clorito de sodio, que él ha promocionado como un remedio "infalible" contra una pandemia para la que todavía los científicos no han encontrado una vacuna. Mediante un vídeo, el hombre animaba a toda la población a que se infectasen para "acabar con la mentira".

"No tenemos miedo ni al bicho, ni al Gobierno, ni a Soros, ni a la OMS. Estamos aquí y queremos ser infectados", aseguraba en una de sus promociones. Pero el agricultor no se ha limitado a mandar mensajes por vídeo.

A finales de febrero, le envió cartas a Donald Trump y hasta al Papa para que le ayudaran en su campaña. El presidente de Estados Unidos no contestó, pero días después apuntó que habría que investigar si el coronavirus podría evitarse bebiendo desinfectante.

Fiestas para contagiarse

Además de los vídeos y las cartas, el falso curandero organizó una fiesta para contagiarse. Un encuentro donde los besos y los abrazos eran parte de las actividades que realizaron un centenar de personas el pasado 30 de mayo en Balaguer, Lleida.

El objetivo, desobedecer a las autoridades sanitarias y contagiarse voluntariamente del virus. El Colegio Oficial de Médicos de Lleida pidió que los asistentes y organizadores fueran sancionados por poner en riesgo la salud pública.

Detenida por vender MMS

El MMS ha llegado hasta Zaragoza, donde agentes de la Guardia Civil han encontrado una gran cantidad de botes con clorito de sodio, la lejía que difunde Pámies.

El hallazgo se ha producido en una vivienda de Piedratajada, donde además hallaron 32.000 euros en efectivo. La dueña y fabricante, de 52 años, los vendía a a 20 euros. Fue detenida aunque ya está en libertad con cargos.

Está acusada de intoxicar a una vecina del pueblo por venderle un bote de este producto que los agentes han calificado de bebediza. La estafadora prometía que con él podía curar el