El periodista Manuel Marlasca asegura que esta es "la mayor caza del hombre que se ha producido en Madrid". Una caza que tuvo episodios de frustración, situaciones en las que ese fantasma, de manera impune lograba hacerse invisible en las calles de Madrid. Lograba secuestrar a niñas y agredirlas sexualmente sin que nadie fuera capaz de detectarlo. Era un fantasma.

"Era algo excepcional que un agresor sexual secuestrase a niñas, pasase horas con ellas y las devolviese", explica el autor del libro, Manuel Marlasca.

En septiembre de 2013, una niña sufrió este tipo de agresión, la metieron en un coche, abusaron de ella y la dejaron en mitad de una calle. En abril del año siguiente, se volvió a repetir un ataque similar, pero más refinado.

Llevó a la víctima a una casa donde le suministró unas pastillas para dejarla adormecida y después la duchó para quitar cualquier resto biológico. Eso denotaba un modus operandi muy peligroso y ahí se inició la 'operación Candy'.

Una de las víctimas dio detalles sobre la casa, el tamaño de las paredes y la estructura de las puertas, e incluso del ascensor. Hizo unos dibujos que han pasado a formar parte de la historia de la investigación criminal en España.

En la operación Candy se analizaron ocho millones de conexiones telefónicas, 400.000 coches y decenas de videoimágenes de cámaras de seguridad. La obsesión de los agentes era que en el siguiente ataque del pederasta no hubiera posibilidad de contaminación de pruebas y llegaran rápido al lugar del suceso. Y se consiguió.

En 'Cazaré al Monstruo por ti' se cuenta la historia completa de cómo los agentes de policía dieron con el pederasta de Ciudad Lineal y lo detuvieron. Antonio Ángel Ortiz fue condenado a 70 años y medio de prisión por cuatro agresiones sexuales a menores .