La Policía Nacional ha asaltado un piso en Seseña, Toledo, para liberar a un hombre que llevaba 36 horas secuestrado y amenazado de muerte.

Los secuestradores conocían a la víctima, según indica José Javier Galante, inspector de la Policía Judicial del Equipo Negociador Nacional. El secuestro se desarrolló cuando la víctima, un joven veinteañero, acudía a hacer unas compras. Le interceptaron, le drogaron y le llevaron al 'piso de seguridad'.

En el transcurso de una hora, los secuestradores ya realizaron la primera llamada a la novia del secuestrado. En un primer momento, pedían 17.000 euros, pero fueron subiendo la cifra.

Después, como explica el inspector, sucedió lo que es habitual en los secuestros: hubo más llamadas, "amenazas de que le cortarían la cabeza" y "pruebas de presión" con fotografías y vídeos de las lesiones que le hacían a la víctima y que enviaron a los familiares de la víctima para que consiguiesen el dinero lo antes posible.

Tal y como indica el experto, tanto si son expertos o no, las personas que comenten un secuestro son peligrosas. Los profesionales lo son porque "ya saben cómo tienen que actuar" y los novatos también son peligrosos porque "no controlan".

Además, a la hora de lograr el éxito en la liberación, la ayuda del entorno familiar es imprescindible. También la labor del Grupo Especial de Operaciones, que son los que se encargan de la liberación 'in situ'. En este vídeo se muestra cómo consiguieron los agentes liberar al joven secuestrado en Seseña.

¿Cómo podemos distinguir el secuestro virtual frente al secuestro real?

El inspector Galente explica cómo podemos distinguir un secuestro virtual o falso de uno real. La mayoría de los virtuales se hacen desde Chile: los falsos secuestradores hacen una llamada al teléfono fijo, o bien con un número 'desconocido' o uno que tiene un prefijo chileno.

Después, te avisan de que han secuestrado a un familiar y te ponen un audio de la presunta víctima gritando.

Frente a estas señales, lo mejor es colgar inmediatamente el teléfono y ponerse en contacto con la Policía, que tratará de tranquilizarnos e iniciará la investigación.