Aparentemente parece una piedra, pero en su interior guardaba aproximadamente un kilo de cocaína. Tal y como explica José Antonio Rodríguez San Román, director de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado, las piedras falsas están hechas con cemento: "Meten el paquete de doga en el centro, haciendo una especie de bola, y ponen piedras alrededor para simular el mineral de cobre y la dejan secar", indica el comisario.

Los agentes tuvieron que picar 188.000 kilos de piedras de 12 contenedores, una a una, para localizar todos los paquetes de droga, ya que estaban mezcladas las que contenían cocaína y las que no.

Esta droga había recorrido un largo camino hasta llegar a España: se empaquetó en Ecuador e hizo escala en México.

El comisario explica que este es un suceso sin precedentes, aunque hace muchos años se encontró cocaína en dos bloques de mármol.

¿Qué pasos habían dado los once detenidos?

San Román cuenta que en un momento de la investigación localizaron que los implicados compraron una empresa, y pensaron que era raro, ya que se dedicaban a la consultoría. "Al controlar la empresa vemos que tienen contenedores de piedras".

La distribución de la droga no había comenzado todavía cuando la Policía intervino, de hecho se hayaban en la fase de desempaquetar la cocaína.