La Policía tiene identificados a más de 200 carteristas que actúan en el centro de Madrid. Pero no lo tienen fácil, también hay 15 policías nacionales que también pasan desapercibidos, que también se patean la calle y que son la pesadilla de los carteristas.

Acompañamos al oficial Oliva, del Grupo de Hurtos de la Policía Nacional, mientras sigue la pista de dos mujeres carteristas. "Siempre estamos en contacto telefónico y sabemos las zonas por las que se mueven, que suele coincidir con los lugares donde suele haber mucha influencia de gente", explica Oliva.

Cuenta que, en un día normal, pueden haber parado a 15 o 20 y han detenido a un par de ellos o han denunciado a cuatro o cinco.

Al aproximarse a las carteristas, el oficial les pide la documentación. "Escucha un momento, pare. Déjeme la documentación", le dice el agente a la sospechosa. "Lleváis toda la tarde intentándolo", añade. "No robamos", dice una de ellas.

Cada día se producen entre 150 y 200 denuncias por hurtos en el centro de Madrid. Ninguno llama la atención, esa es su principal arma. Son especialistas de todas las edades en robar al descuido. En grupo o en solitario, se mueven por las zonas más concurridas sin levantar sospechas.

Hablamos con otro grupo de carteristas. Llevan 15 años realizando estos hurtos y al ser preguntado por cuánto dinero han sacado contesta que "unos 50 euros". Afirma que roba unas "dos o tres carteras" cada día. Y un día bueno puede llegar a hacerse con "1.000 o 2.000 euros". Explican que lo suelen hacer con turistas, porque "tienen pasta".

El problema que tiene la Policía es que para detener a un carterista es necesario pillarle 'in fraganti' o localizarle tras una denuncia.