Esposado y con la capucha puesta, así ha entrado Ignacio Palma a la casa de Manuel para un nuevo registro.

Durante más de nueve horas, el hombre de 38 años, ha presenciado como el Equipo Central de Inspecciones Oculares de la Guardia Civil ha revisado centímetro a centímetro la que ha sido su vivienda y, también, el presunto escenario de un crimen.

Minuciosos, los agentes no han dejado nada sin examinar, llegando a levantar todo el cuarto de baño de la planta baja. Allí es donde Palma confesó haber descuartizado a Marta, también donde, bajo el plato de ducha, aparecieron varios trozos de piel que podrían pertenecer a la joven.

Las muestras fueron enviadas al laboratorio de Criminalística y, en el caso de corresponder a Marta, la versión del detenido tendría una mayor credibilidad.

"Se está tratando de comprobar si las manifestaciones de este señor tienen visos de realidad o no", ha explicado Pilar Jové, abogada de la familia materna de la chica.

Ignacio Palma siempre ha asegurado que la joven valenciana de 25 años murió tras mantener relaciones sexuales que incluían el consumo de cocaína. Él, al no saber cómo reaccionar, habría descuartizado su cuerpo y tirado en diez bolsas de basura a diferentes contenedores de la zona.

Ante los agentes, Palma llegó a señalar los dos pueblos en los que arrojó los restos de Marta: la cabeza y el tronco en Xátiva, y lo demás en Silla. Algo que complica, aún más, la labor de búsqueda en los vertederos, ya que la basura que llega a Xátiva se quema.

Además, según fuentes cercanas a la investigación, la reconstrucción del recorrido del teléfono de Palma coincide exactamente con lo que él declaró ante la Guardia Civil.

Asimismo, las cámaras de seguridad de un comercio grabaron al hombre comprando bolsas de basura y guantes de látex el 7 de noviembre.

42 días después, los agentes no se rinden, continúan buscando alguna pista de Marta Calvo.