Algunos de los espectadores que asistieron a la segunda función de la ópera 'Un ballo in maschera' en el Teatro Real el pasado domingo protestaron antes de que comenzase la función porque había filas de asientos en los que no se cumplía la distancia de seguridad necesaria en los teatros para evitar los contagios de coronavirus.
Los gritos y abucheos continuaron incluso una vez se hubo subido el telón y la orquesta comenzaba a tocar hasta tal punto que el director tuvo que abandonar el escenario.
Una de las asistentes fue la periodista y escritora Rosa Montero que ha explicado en Más Vale Tarde que, bajo su punto de vista, "hubo incompetencia y una distribución de asientos nefastas". Aunque señala que no fue una cuestión "clasista", porque incluso las filas de asientos más caros estaban llenas.
Montero, ha contado que al darse cuenta de la situación, ella y su acompañante salieron a poner una reclamación. Algo que hicieron gran parte de los asistentes, ya que no fueron pocos, explica, los que se levantaron para protestar.
Las quejas se incrementaron cuando por megafonía advertían de las grandes medidas de seguridad que se estaban llevando a cabo en el Teatro Real: "Fue la cerilla que encendió el fuego", asegura la escritora.
"Iba creyendo que se iban a respetar las distancias pero fue como una sesión normal del Real, solo con algunas butacas libres atrás", ha denunciado en el programa Montero, recalcando la "malísima gestión" que se hizo del espacio.
Estamos dispuestos a colaborar y pagar más, pero así no"
Por ello, explica que puso una reclamación: "Había que protestar para que no pase nunca más". Además, ha recalcado que muchos espectadores estarían dispuestos a pagar un poco más para que se puedan desarrollar los espectáculos con seguridad: "Pagaríamos operas en versión concierto como si fuesen operas completas. Estamos dispuestos a colaborar, pero así no".
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